Si nos fijamos en el mundo animal, hay una regla que suele funcionar en la gran mayoría de los casos: cuanto más grande es un animal, mayor es su esperanza de vida. De este modo, los elefantes son mucho más longevos que los ratones y las ballenas viven más años que los caballitos de mar. Pero como en todas las reglas hay una excepción; los perros. Desde hace muchos años hemos intentado buscar, sin respuesta, por qué los perros grandes viven menos que los pequeños, y a día de hoy, la ciencia ya ha encontrado cuál es la causa.
En el siguiente artículo de unCOMO te explicaremos la razón por la que los perros de mayor tamaño viven más que los más pequeños de su especie, así como los avances que se han hecho para poder evitar que esto suceda.
La esperanza de vida de los perros
A pesar que hace más de 15.000 que el lobo fue domesticado y el perro convive con los humanos, hasta hace poco no sabíamos la razón por la cuál los perros mayores viven menos que los perros pequeños. Antes que nada debemos aclarar que solo se trata de un dato estadístico, que exista una clara correlación entre el tamaño y la esperanza de vida de los canes no significa que un perro grande no pueda ser longevo o que uno pequeño no vaya a morir joven.
Por esperanza de vida entendemos los años que, por promedio con el resto de ejemplares de su especie, esperamos que un perro vaya a vivir. Y el hecho es que la de los perros grandes es ostensiblemente menor a la de las razas pequeñas, de este modo mientras que un Gran Danés suele vivir entorno a 7 años, los poodle los doblan llegando a los 14 y mientras un chiuaua suele vivir en torno a los 15 años, la esperanza de vida del lobero irlandés se sitúa en 7 años.
Por todo esto se recomienda que, en perros grandes, a partir de los 6 años se empiecen a hacer chequeos geriátricos y se extremen las medidas de vigilancia respecto a su salud mientras que en los perros pequeños no hay síntomas de envejecimiento hasta los 9 o 10 años.
Los perros grandes viven menos por una razón hormonal
En todos los mamíferos podemos encontrar una hormona llamada IGF-1, también conocida como factor de crecimiento 1. Como indica su nombre, esta hormona es la encargada de estimular el crecimiento y la multiplicación celular, por lo que cualquier alteración en sus valores se refleja en el tamaño del individuo: en el caso de los humanos, el gigantismo y la acromegalia son enfermedades asociadas a una producción demasiado elevada de IGF-1.
Pero esta hormona no solo hace crecer más, sino que también se asocia con todas aquellas enfermedades que van asociadas con la edad: el cáncer y las afecciones cardiovasculares. En los perros, se ha logrado demostrar que los niveles de la hormona IGF-1 son mucho más bajos que en sus congéneres de mayor tamaño. Este puede ser uno de los factores que explican por qué los perros grandes viven menos: porqué envejecen mucho más rápido que los pequeños y tienen más tendencia a desarrollar tumores y otras enfermedades potencialmente mortales.
Los perros grandes y los radicales libres
Un estudio reciente llevado a cabo por Josh Winward y Alex Ionescu de la Universidad Colgate de Nueva York ha descubierto un aspecto clave en la anatomía canina que explica por qué los ejemplares grandes tienen más probabilidades de morir a una edad menor que los perros pequeños.
La respuesta hay que buscarla en los radicales libres, unas moléculas que se liberan durante el proceso de obtención de energía de los alimentos, que cuando pierden electrones los recuperan quitándoselas a las células del organismo, oxidándolas y acelerando su envejecimiento. Para prevenir su efectos sobre las membranas celulares, el cuerpo genera otro tipo de moléculas; los antioxidantes.
El caso es que en los perros grandes hay un desarrollo ineficaz de antioxidantes, sobretodo cuando son jóvenes, de modo que su cuerpo se deteriora con más facilidad que en los ejemplares pequeños.
Para comprobarlo analizaron los tejidos de 80 cachorros y perros difuntos, aislando sus células y analizándolas en el laboratorio. Lo que descubrieron mientras analizaban el modo en qué los perros producen energía es que los perros grandes tienen un metabolismo mucho más rápido que los pequeños, algo que provoca que se eleven sus niveles de radicales libres hasta el punto que los antioxidantes son incapaces de frenar sus efectos.
Este descubrimiento es muy importante, pues con lo que sabemos ahora puede ser posible que se desarrollen suplementos para comida de perro que contengan antioxidantes para que los cachorros de las razas más grandes puedan estabilizar sus niveles de antioxidantes y se alargue su esperanza de vida.