Con el nombre de pastor belga nos podemos referir a cuatro razas diferentes: malinois, laekenois, groenendael y tervueren. Según los países, esas cuatro razas son diferenciadas o son agrupadas bajo el mismo nombre. En cualquier caso, se trata de un perro muy inteligente, tradicionalmente utilizado como perro de pastoreo. De hecho, todavía en la actualidad sigue siendo perro de pastoreo en muchas zonas e incluso es conocido como “ovejero belga”. Además de esto, puede realizar tareas de guardián, rastreador, defensor…
Si deseas saber cómo entrenar a un pastor belga para potenciar al máximo su inteligencia y disfrutar de su maravillosa compañía, no te pierdas este artículo de unCOMO donde te lo explicamos todo.
Características básicas del pastor belga
Aunque hay cuatro razas, tienen muchos rasgos en común, de ahí que en algunos países solamente se les denomine como pastor belga, sin más. El tamaño del pastor belga suele ser de unos 61 cm de media de altura a la cruz y el peso ronda los 30 kg. Su esperanza de vida media es de 14 años.
En cuanto al carácter, se trata de un perro protector, obediente y cariñoso, que, además, es apto para convivir con niños. Además, es un perro activo, que necesita de espacio para ejercitarse. El pastor belga es un perro fiel, ágil, con reflejos, fuerte, rápido y fácil de educar y entrenar.
¿Por qué entrenar a un perro?
Muchas personas adquieren un animal como mascota sin pensar en su educación básica ni en el adiestramiento y el entrenamiento. En el caso de los perros, es importante una mínima educación para que, al menos, aprenda a obedecer órdenes muy básicas. De esta manera, nos aseguramos de que la convivencia será agradable y no habrá sorpresas inesperadas. Esta educación tiene que comenzar cuando llega a casa y mantenerse en el tiempo. Además, debe ser firme pero no violenta, sino que debe ser en positivo, y conocida por todas las personas que convivan en la casa, para no crear confusión a nuestro perro. Además de esta educación básica, podemos adiestrarle en algunas destrezas más.
¿Qué beneficios tiene el entrenamiento de un perro? Veamos algunos de ellos:
- Se fortalecerá el vínculo entre ambos.
- Disminuirá su estrés.
- Será más sociable con otros perros y personas.
- La relación entre ambos será más agradable, pues mejorará la comunicación y descenderá la frustración que causa la ausencia de entendimiento.
El entrenamiento del pastor belga
El pastor belga, como decíamos, necesita de espacio porque es un perro muy activo. Es aconsejable conocer todos los detalles de su carácter antes de llevarlo a casa porque si eres sedentario y poco activo, tanto él como tú seréis infelices en este sentido. Necesita actividad constante de manera habitual, por lo que debes ofrecerle largos paseos.
El entrenamiento del pastor belga se lleva a cabo mediante el entrenamiento físico, así que es clave potenciar este punto. Si lo tenemos desde cachorro, debemos permitir que socialice desde bien pequeño y que juegue con otros perros.
Es importante mantenerle con buen ánimo y feliz mediante la actividad, sin más, para poder comenzar el entrenamiento. Simplemente con los largos paseos al aire libre ya es suficiente para comenzar.
Posteriormente, es el momento de añadir juegos de búsqueda con recompensa. Si lo cogiste de cachorro ten en cuenta su edad siempre para no excederte en el tiempo o la dificultad de los juegos; utiliza el sentido común.
Más adelante, los juegos de persecución y aquellos en los que le lancemos pelotas u otros juguetes son perfectos para el pastor belga. Es mejor repartir la actividad en un rato por la mañana y otro por la tarde, para no agotarle.
Un complemento a todo esto es, cuando ya esté habituado a lo anterior, que te acompañe a hacer ejercicio. Bien sea correr o ir en bici (existen accesorios especiales para llevarlo atado), le encantará acompañarte, estar contigo haciendo cosas nuevas y aumentando su resistencia. Nuevamente, utiliza el sentido común para no forzarle.
No está de más recordar que en la educación y el entrenamiento es fundamental premiar los buenos comportamientos y no hay que castigar ni mucho menos pegar para penalizar los malos comportamientos. El castigo en los perros es ineficaz y dañino: les generará estrés, frustración y miedo y, por ello, la relación entre ambos se verá deteriorada.