Todos los seres vivos pueden contagiarse enfermedades y problemas de salud, no solo de otros ejemplares de su misma especie, sino que también desde otras especies animales. Por ejemplo, es el caso de las zoonosis, que son enfermedades que pueden padecer los animales vertebrados y que pueden contagiarse a los humanos, en el caso inverso hablamos de antropozoonosis. Las zoonosis suelen darse sobre todo desde otros mamíferos a los seres humanos, aunque también pueden producirse a través de otros tipos de especies como reptiles o aves. Pero, unos de los animales que más frecuentemente nos contagian algún problema de salud son los perros, básicamente los que no están vacunados o desparasitados. Por ejemplo, los perros nos pueden contagiar diversas enfermedades como tiña, sarna sarcóptica, giardiasis, parásitos internos y externos, entre otras.
Si tienes curiosidad, sigue leyendo este artículo de unCOMO y descubre qué enfermedades transmiten los perros a las personas y cómo se pueden disminuir los riesgos de estos contagios de forma efectiva.
Enfermedades de la piel
Entre las afecciones más habituales que los canes pueden contagiar a los humanos encontramos varios problemas de la piel. Cuando entramos en contacto directo con la piel o con fluidos de un can afectado por algunas condiciones dérmicas podemos contagiarnos, por lo que siempre que sepamos que el animal tiene alguna enfermedad cutánea debemos proceder con mucho cuidado y protección para que no se transmitan estas condiciones y nos afecten. Entre las enfermedades de la piel que los perros transmiten a las personas encontramos las siguientes:
Tiña
La dermatofitosis o tiña es una enfermedad fúngica, es decir que está producida por hongos. Es altamente contagiosa por contacto directo o indirecto con algún animal afectado, es decir puede darse también por tocar una manta de un perro infectado. Los síntomas empiezan a poderse ver tras 3 o 4 semanas tras el contagio de esta afección cutánea. Algunos de estos síntomas son lesiones circulares en la piel, alopecia, costras y descamación de la piel.
Sarna sarcóptica
Este tipo de sarna es común en mucho mamíferos, por lo tanto un perro afectado por ella puede transmitírnosla fácilmente al entrar en contacto directo con él o indirectamente a través de objetos que haya tocado o utilizado. La sarna sarcóptica es tan común en perros que también se conoce como sarna canina. Está producida por un ácaro llamado Sarcoptes scabiei y se contagia con gran facilidad. Entre los síntomas más destacables están el picor, ardor de la piel, erupciones, escamas y heridas.
Cheyletiellosis
También llamada queiletielosis o caspa caminante está producida por un ácaro llamado Cheyletiella spp. Sus síntomas son un sarpullido rojo e irregular que produce un gran picor y ardor en la piel. Se conoce como caspa caminante o andante por el hecho de que si nos fijamos muy bien podemos apreciar a los ácaros como pequeñas motas de caspa, pero que se mueven por la piel.
Enfermedades del aparato digestivo
Los perros que no están bien cubiertos con vacunas y desparasitados correctamente también pueden contagiarnos una serie de problemas en los intestinos u otras partes del tracto digestivo. Por ejemplo, entre las enfermedades del aparato digestivo más habituales que los cánidos pueden transmitirnos debemos destacar las siguientes:
Giardiasis
La giardiasis es una afección producida por un parásito protozoario, llamado Giardia lambia, que se instala en los intestinos del animal que infecta. Es muy común en perros y también las personas pueden contagiarse fácilmente al entrar en contacto con un animal infectado, agua contaminada, alimentos o superficies también infestadas, etc. Los síntomas principales son malestar estomacal, gases, náuseas, diarreas y cansancio.
Campilobacteriosis
Es una enfermedad infecciosa que producen diversas bacterias del género Campylobacter y que puede afectar a muchos seres vivos, aunque principalmente se transmite a humanos a través de las aves, los perros también pueden contagiarla. Se produce el contagio a través del contacto directo con las heces de un animal infectado o con un ambiente en el que hay heces contaminadas. Los síntomas son fiebre elevada, náuseas, dolor abdominal, calambres y diarreas, e incluso sangre en las heces.
Hidatidosis
Esta afección también se conoce como quiste hidático o equinocosis y es una enfermedad parasitaria producida por gusanos o vermes intestinales. Estos parásitos pueden afectar tanto en su estado de larva como en su fase adulta. Podemos infectarnos con los huevos de estos parásitos al entrar en contacto con las heces de un animal afectado o si estos se encuentran en algún ambiente en el que estamos, como en algunas hierbas del campo. Este tipo de gusanos intestinales es común en mascotas como los perros que no son desparasitados con frecuencia.
Cuando los huevos eclosionan en los intestinos, algunas larvas entran en el torrente sanguíneo, acabando por enquistarse en el tejido de algunos órganos como el hígado, los pulmones o los riñones. Según la fase en la que se encuentra esta enfermedad puede tratarse con medicación o bien debe realizarse una cirugía para extraer los quistes.
Enfermedades víricas
Para seguir comentando qué enfermedades transmiten los perros a las personas comentaremos que entre las principales encontramos que de las que son producidas por virus la más conocida y todavía frecuente en algunas zonas de Asia es la rabia. Realmente, otros tipos de contagios víricos no suelen producirse directamente a través de los canes sino debido a otros vectores como, por ejemplo, los mosquitos o bien, no son para nada algo frecuente.
La rabia se trata de una enfermedad infecciosa vírica causada por un virus de la familia Rhabdoviridae, que afecta directamente al sistema nervioso y se contagia por la mordida o contacto directo con la saliva de un animal infectado, por ejemplo un perro. Por lo tanto si entramos en contacto con un can que está infectado con este virus nos puede transmitir esta enfermedad por el hecho de mordernos, hacernos una pequeña herida con un diente aunque sea sin querer o porque toquemos su saliva. Entre los síntomas se observan cambios de comportamiento, fiebre, irritabilidad, hiperactividad, convulsiones, entre otros.
No hay cura para la rabia, tan solo existe prevención, por lo que en todos los casos de contagio tanto animales como humanos mueren. Aunque hoy en día este virus está controlado o erradicado en muchas zonas del mundo, todavía presenta actividad en algunas otras. Por este motivo es importante no exponerse a riesgos innecesarios y siempre seguir el calendario de vacunación de nuestra mascota al día.
Parásitos internos y externos
Los parásitos tanto internos como externos son uno de los problemas de salud que con más facilidad nos puede contagiar un perro que no esté desparasitado y los padezca. Además de algunos parásitos comentados en apartados anteriores, podemos destacar algunos de los parásitos externos más comunes:
- Pulgas
- Garrapatas
- Piojos
- Ácaros
Asimismo, entre los parásitos internos más habituales en los perros y que nos pueden transmitir a los humanos encontramos:
- Áscaris
- Anquilostomas
- Tenias
- Dirofilarias
Algunos síntomas y problemas de salud secundarios que pueden producirnos son las picaduras, heridas, picor y ardor en la piel en el caso de los externos hasta problemas gastrointestinales, quistes, malnutrición y afecciones en algunos órganos en el caso de los internos. Pero, además, todos estos parásitos actúan como vectores de otras enfermedades, por ejemplo una garrapata puede transmitirnos la enfermedad de Lyme.
Prevenir estas zoonosis
Además, hay que tener en cuenta que algunas de estas zoonosis son también antropozoonosis, ya que si un humano las padece puede contagiarla a otros animales, sobre todo a otros mamíferos como los canes o los gatos.
Así que, como siempre es mejor prevenir, debemos respetar el calendario de vacunación y la desparasitación interna y externa de nuestro perro, evitando a así que él se contagie de estas enfermedades y parásitos y que nos los transmita.
Si conocemos que el animal que vamos a tocar o tratar está afectado por alguno de estos problemas de salud, es mejor utilizar guantes de látex y otras protecciones básicas como mascarillas y desinfectante, limpiar todo lo que el animal haya tocado y empezar un tratamiento adecuado indicado por el veterinario. Pero, en cuanto notemos alguno de los signos de estas afecciones en nosotros mismos debemos acudir al médico cuanto antes para empezar un tratamiento de forma pronta.