Todos los perros son susceptibles de padecer la dilatación o torsión gástrica, sin embargo, son los propietarios de mascotas de razas grandes los que más temen a esta gravísima enfermedad, que puede acabar con la vida de nuestro compañero. Por eso, en unComo.com te explicamos cómo saber si tu perro tiene torsión de estómago.
Pasos a seguir: 1Todos los perros pueden ser víctimas de la temible y fatídica torsión de estómago, una dilatación gástrica que podría acabar con la vida de nuestra mascota. No obstante, esta terrible dolencia afecta en mucha mayor medida a los perros de razas grandes y gigantes. La razón es muy sencilla, al tener la caja torácica y la cavidad abdominal más grande, el estómago tiene más espacio para balancearse, hasta el punto de poder darse la vuelta.
2En caso de que el Síndrome de Dilatación Gástrica haga su aparición, resulta vital la actuación inmediata, con la asistencia del veterinario a la mayor brevedad posible. Unos minutos pueden salvar la vida de nuestro perro, literalmente. No obstante, lo mejor es saber qué propicia la torsión de estómago y cómo podemos detectar algunos síntomas que nos permitan actuar y ayudar a nuestra mascota.
3La dilatación gástrica es en realidad una inflamación o llenado excesivo del estómago del animal, bien por gases, alimentos, agua, etc. Lo cierto es que el perro tiene, como los humanos, mecanismos naturales (flatulencias, eructos, vómitos) para hacer frente a esta dolencia. Sin embargo, en algunos casos estos mecanismos no funcionan y ese será, precisamente, el primer dato que nos alertará sobre la posibilidad de que nuestro perro esté padeciendo los efectos de una torsión de estómago.
4Nuestro can no eructa, no elimina gases, hace esfuerzos por vomitar pero no sale nada. Su barriga aparece anormalmente hinchada y muestra dolor al más mínimo contacto. Además, los ligamentos que sujetan el estómago en los perros no suelen ser muy fuertes y conforme va aumentando el tamaño de la bolsa gástrica, esta comienza a balancearse y, en un momento, puede girarse sobre sí misma.
5Los primeros síntomas detectables se relacionan con la actividad del animal. Veremos que se levanta y se acuesta constantemente, cambiando mucho de postura (debido al malestar). Notaremos que va aumentando su estado de ansiedad y jadea mucho, sin que parezca haber ningún motivo para ello.
6A partir de ahí notaremos cómo el lado derecho del animal comienza a inflamarse y hasta el más ligero roce le produce un dolor que incluso hace que el perro arquee el lomo. Nuestra mascota comenzará a resollar, porque sentirá mucha dificultad para respirar, y aumentará su ritmo cardiorrespiratorio.
7En este punto, el estado del animal es tan grave que se tumbará y ya no podrá levantarse. Un desenlace fatal puede producirse en un lapso de tiempo pequeñísimo, de entre un cuarto de hora y treinta minutos, por lo que la intervención quirúrgica a cargo del veterinario, lo más rápidamente posible, es lo único que puede salvar la vida de nuestro perro enfermo.