Cuando hablamos de loros, generalmente nos referimos a un grupo de aves conocidas como psitácidas que, además de a los loros propiamente dichos (como el yaco o loro gris), incluye a los periquitos, a las cotorras y a los guacamayos. En el caso de los periquitos las diferencias entre machos y hembras son muy fáciles de apreciar a simple vista, pero la cosa se complica bastante en el resto. Por esto, en este artículo de unComo.com te daremos las bases para saber si un loro es macho o hembra.
Caracteres sexuales secundarios
Los caracteres sexuales secundarios son los atributos que no tienen relación directa con los órganos sexuales pero que son diferentes en machos y hembras. Estas características suelen ser más evidentes en la etapa adulta y pueden ser de ayuda para diferenciar los sexos.
Por lo que respecta al aspecto físico, los loros machos son bastante más grandes, mucho más coloridos y con la cabeza más larga.
En lo referente al carácter, en la mayoría de las especies las hembras tienden a ser más agresivas que los machos (sobre todo en el caso de los periquitos).
Por otra parte, tradicionalmente se ha dicho que los loros machos son más afectuosos con las mujeres y viceversa.
Palpación púbica
Es uno de los métodos más utilizados, ya que es más exacto que el anterior, se puede realizar en animales jóvenes de forma más o menos fiable y es más económico que la endoscopia o las pruebas de ADN, que veremos a continuación.
Con todo, no es un procedimiento seguro al cien por cien (ni mucho menos) y se necesita una cierta experiencia para poder llevarlo a cabo correctamente.
Consiste en tomar al loro con cuidado, situarlo boca abajo y palpar los huesos de la pelvis. En el caso de las hembras se debería poder apreciar al tacto una separación entre los huesos del pubis que puede llegar a medir más de medio centímetro.
El veterinario
Si con lo anterior no has llegado a ninguna conclusión, te recomendamos que visites a un veterinario experto en animales exóticos para que te ayude a determinar el sexo.
Además de los métodos ya expuestos, hay dos más, infalibles, pero que requieren de un especialista: un estudio de ADN (pueden obtenerse muestras de sangre o incluso de plumas) o una endoscopia (que consiste en introducir una cámara en el interior del animal para diferenciar sus órganos reproductores).