Los gatos suelen ser reacios a que les toquen, ya sea mediante caricias o para cogerlos, por algunas zonas de su cuerpo. Una de ellas es la barriga: pueden reaccionar de manera agresiva con arañazos e incluso mordiscos, por lo que debes tener muy en cuenta este comportamiento de los felinos para evitar cualquier contratiempo para las dos partes.
¿Desconoces por qué a los gatos no les gusta que les toquen la panza? El comportamiento de los felinos merece un estudio continuo. Si tu gato ha reaccionado agresivamente a un intento de tocarle la zona abdominal y no entiendes el motivo, deseas conocer el significado de enseñar la barriga en los mininos y qué partes les gustan que les acaricien, en unCOMO te recomendamos que sigas leyendo este artículo.
Por qué a los gatos no les gusta que les rasquen la barriga
Pese a que los gatos tienen fama de ser animales especialmente independientes, este aspecto no se traduce en sus capacidades para establecer relaciones afectivas muy fuertes con otros felinos y sus tutores legales. Por ello, reciben con mucho agrado las caricias en determinadas zonas del cuerpo, como la espalda o la nuca.
Sin embargo, una de las cosas que a los gatos no les gustan es que les toquen la panza. Aunque a veces la enseñen al estirarse y parezca que te invitan a tocarla, el mensaje es otro. Se trata de una postura de relajación, bienestar e, incluso, cordialidad.
Cuando tu gato expone su panza, quiere transmitirte un estado de tranquilidad y de comodidad que siente al estar contigo, pero no quiere que se la toques. Si ignoras su mensaje y otras señales como las orejas hacia atrás, el pelo erizado o movimientos bruscos de la cola mientras le sigues tocando el vientre, finalmente reaccionará con un arañazo o un mordisco.
Otro factor que responde a la pregunta de por qué mi gato no se deja tocar la barriga es porque se trata de una zona muy vulnerable de su cuerpo. A modo de supervivencia, rechazará cualquier tipo de contacto en esa parte para protegerse de las amenazas de los depredadores, aunque en este caso no exista.
Qué significa que un gato te deje tocar su panza
A la mayoría de gatos no les gusta que les toquen la panza, pero eso no significa que todos tengan un comportamiento agresivo si se produce la acción. Como sucede en las personas, cada felino tiene una personalidad propia, por lo que a algunos sí les gustará o recibirán de buen agrado caricias en el abdomen.
Relacionándote con tu gato y prestándole la atención que merece, sabrás si le gusta que le toques la panza o no. En cualquier caso, infórmate sobre la comunicación felina para conocer más detalles sobre lo que significan sus gestos o comportamientos y, de esta forma, estarás más preparado para que no te sorprendan sus reacciones.
Si tu gato se deja tocar la barriga, significará que se siente totalmente protegido por ti. Te verá como una referencia fundamental en su vida y, lejos de temer una amenaza, te considerará como su familia. El grado de comodidad y bienestar a tu lado será máximo. En definitiva, supondrá que el vínculo emocional establecido entre ambos es muy estrecho.
Para reforzar la relación con tu felino debes conocer todo lo que le molesta. No te pierdas este artículo sobre 6 cosas que odian los gatos.
Qué partes les gusta a los gatos que les toquen
Tras descubrir por qué a los gatos no les gusta que les toquen la panza, seguramente desearás conocer cómo acariciar a un gato y qué zonas del cuerpo quieren que les acaricien. La cola y las patas son dos partes que tampoco les agradan: por mucho que las estiren estando a tu lado, será únicamente por comodidad.
Entonces, ¿dónde acariciar a un gato? Las zonas del cuerpo que acepta con mayor agrado son la espalda, la nuca, la cabeza y la barbilla. Aún así, que le guste en determinadas ocasiones no significa que debas tocarlas con mucha frecuencia. Los felinos se sienten muy independientes y, si los manoseas constantemente, coartarás parte de su libertad.
Cuando masajees alguna de estas partes del cuerpo de un gato, hazlo con suavidad para que se sienta cómodo. Además, deberás prestar mucha atención al lenguaje corporal: si mueve la cola, echa las orejas hacia atrás o se le eriza el pelo, son señales inequívocas de que no quiere más caricias. En este punto, deja que se marche de tu lado.
Todos los gatos quieren ser tratados con cariño y aceptan de buen agrado las caricias, pero ninguno tolera que le fuercen para que le toquen. No cojas a tu minino en contra de su voluntad para masajearlo y respeta en todo momento su libertad. Cuidando estos aspectos del comportamiento de los gatos, la relación con tu pequeño felino será muy confortable y entre los dos se construirá un vínculo indestructible.