Una de las enfermedades más comunes de la piel en los gatos son los hongos. Es un tipo de infección superficial que también se conoce con el nombre de dermatofitosis. Suele afectar las patas y la cara, se manifiesta con lesiones en la piel, inflamación, costras y sobre todo con zonas sin pelo. Es una situación muy molesta para tu gato, y seguramente le verás que se rasca o se muerde la zona afectada. Desde unComo.com te explicamos cómo curar los hongos en los gatos, una dolencia que si no se trata bien puede volverse crónica.
Pasos a seguir: 1Una vez se hayan diagnosticado los hongos en la piel de tu gato, hay que ser rápido en administrar el tratamiento porque la posibilidad de contagio es muy elevado tanto a personas como otras mascotas.
El tratamiento de la dermatofitosis es algo complejo, hay que tener en cuenta muchos factores antes de tratar la dolencia: el daño causado, la edad, su salud general, si hay riesgo de contagio y el estado de su sistema inmune.
2El primer paso para tratar los hongos en tu gato, es el tratamiento tópico. Un paso imprescindible para que se trate bien el problema. Se deben usar productos para desinfectar como yodo, productos fungicidas, y antisépticos, cualquiera de ellos es muy apropiado para tratar afecciones de la dermis. Si vemos que la infección no cesa, es el momento de recurrir al tratamiento oral, y será el veterinario el que determine los medicamentos necesarios y su correspondiente dosis para tratar los hongos. Recuerda que los gatos son especialmente sensibles y es el especialista el que debe controlar la evolución de la enfermedad y adecuar el tratamiento según vaya evolucionando el gato.
3Mientras el gato con hongos esté en tratamiento es muy importante desinfectar todas las partes de la casa, y cualquier objeto y utensilio que haya entrado en contacto, así se acelerará el proceso de curación. Si se averigua que la infección es tiña, hay que tener mucho cuidado porque los seres humanos pueden contagiarse, especialmente los niños, las personas mayores y quienes cuentan con un sistema inmune perjudicado. Y en este caso, para evitar el contagio la higiene es clave. Además debes evitar que tu gato entre en contacto con zonas de uso común, y no olvides que tras tocarlo debes lavarte las manos.