Aunque el vientre de una gata no comienza a abultarse hasta que el embarazo está muy avanzado, sí que existen otros síntomas que nos indican que nuestra mascota está gestante. Se trata tanto de señales puramente físicas como de comportamiento, ya que los cambios hormonales que sufre el animal en el proceso de gestación influirán en su estado de ánimo.
Si tienes una gata y no está esterilizada puede que tengas la duda sobre cómo saber si mi gata está embarazada, por este motivo en este artículo de unCOMO vamos a resolverla y a ofrecerte más detalles.
El celo y el embarazo en la gata
Las hembras de gato entran tienen el celo por primera vez entre los 6 y los 9 meses de edad, a partir de ese momento ya resulta posible que queden embarazadas si se juntan con un macho. Cuando pasan este período que sucede varias veces al año, se vuelven muy cariñosas, maúllan a todas horas y buscan salir de casa para encontrar algún macho. Por lo tanto, si tienes una y no la has esterilizado probablemente en algún momento se escape y vuelva preñada. Si no deseas tener camadas varias veces al año o que tu mascota se escape, te aconsejamos que la esterilices.
Cuánto dura el embarazo de una gata
Entre otras cosas importantes que tenemos que saber es que el embarazo de una gata tiene una duración de más de dos meses, en concreto, de entre 60 y 69 días. Además, una gata en gestación puede tener el celo a la vez durante las dos primeras semanas tras la fecundación. Es por este motivo que si está embarazada, en los siguientes 15 días es probable que siga saliendo de casa y que otros machos se crucen con ella, dando lugar a una camada con más de un padre.
Cómo saber si mi gata está embarazada en los primeros días y sin ir al veterinario
Muchas personas se preguntan si se puede saber en los primeros días de embarazo si la gata está preñada o no, así como si es posible saberlo sin ir al veterinario.
Durante las dos primeras semanas, no habrá ningún síntoma evidente de la gestación. Además, como hemos comentado si suele escaparse de casa debido al celo, dejará de hacerlo al cabo de unos pocos días tras haberse quedado preñada, pero de nuevo sucede a partir de los 15 primeros días. En resumen, antes de los 15 días es imposible saber con certeza si tu gata está preñada y el único modo de que sepas si lo está o no sin ir al veterinario es que esperes el tiempo suficiente para que los síntomas comiencen a ser evidentes, como el abultamiento de la barriga, pero nunca antes de las dos primeras semanas.
Cambios físicos de una gata embarazada
Desde el momento en que se queda preñada, el cuerpo de la gata comienza a modificarse para prepararse para todo el proceso de gestación, el parto y la lactancia y también para cuidar de sus cachorros en cuanto nazcan.
Antes del mes de gestación las alteraciones físicas apenas se pueden notar o incluso todavía no han llegado a aparecer. Pero tras tres o cuatro semanas de gestación, sí podemos notar cambios visualmente fáciles de detectar. Así, los principales síntomas físicos durante la gestación son los siguientes:
- Mamas y pezones: ambos se inflaman, por lo que se ven hinchados y se tornan más rosados. Las mamas se hacen más grandes y los pezones cambian su color porque están modificándose para poder producir leche tras el parto y que los pequeños puedan encontrar fácilmente su alimento. Algunos días antes del parto, se ven especialmente hinchados y es posible que saquen algo de calostro, la primera leche materna.
- Vulva: esta parte de los genitales se hace más visible porque se inflama y agranda ligeramente.
- Vientre: a partir de las cuatro semanas de gestación la barriga comienza a hacerse evidente y, a partir de ese momento, cada vez será más prominente, llegando a hacer que la espalda de la hembra se curve un poco hacia abajo.
En cuanto detectes alguno de estos signos de forma evidente te aconsejamos que acudas de inmediato a tu veterinario de confianza, allí te lo confirmarán y comenzarán con el seguimiento y las recomendaciones necesarias según la salud de tu mascota.
Asimismo, en este otro artículo te explicamos todo sobre Cómo cuidar a tu gata embarazada.
Cambios en el comportamiento de la gata embarazada
De forma paralela a los síntomas físicos nuestra gata gestante empezará a tener algunos comportamientos distintos a los habituales en ella, los cuales son debidos a las hormonas y otros aspectos como el instinto. Así que, para reconocer si nuestra mascota espera gatitos deberemos fijarnos también en diversos cambios en la conducta de esta:
Cambios en el apetito
Lo más habitual es que los primeros días la hembra coma poco y es posible que, aunque ella te pida y le ofrezcas su alimento preferido, no tenga a penas apetito. Pasados pocos días comenzará a comer normal de nuevo y aumentará la cantidad de comida diaria durante las primeras semanas de gestación y deberás darle alimento muy nutritivo como el especial para gatitos. Con el embarazo más avanzado y la tripa más grande empezará a comer menos, ya que el estómago quedará algo presionado. Además, un par de días o pocas horas antes del parto, es posible que deje de comer.
Duerme más
Desde poco tiempo tras el último encuentro con un macho, si la hembra está gestante, comenzará a buscar más reposo y tranquilidad. De hecho, estará más apática, dejará de salir fuera, dejará de buscar a otras mascotas o personas de la casa para jugar, se apartará y buscará rincones agradables y calientes para reposar y dormir al máximo. Por lo tanto, es normal que una gata gestante sea mucho menos activa que antes y que duerma muchas horas al día. Este cambio puede ser muy repentino o muy progresivo, dependerá de cada una.
Más cariñosa o arisca
Algunas gatas se vuelven más tranquilas que antes y requieren más nuestro cariño. En cambio, otras van en el sentido contrario y prefieren estar más tiempo solas que acompañadas, incluso mostrándose ariscas ante cualquier caricia. Este comportamiento puede ser más leve al principio y conforme avanza la gestación puede ser más marcado, pero lo que hay que pensar es que esto depende completamente de la personalidad de cada una y también de la relación con las personas que convivan con ella.
Síntomas de problemas en el embarazo
No solo debes ser capaz de poder reconocer si tu gata está esperando una camada, debes saber en qué ocasiones es vital que acudas al veterinario. Además de la visita para confirmar que tu mascota está preñada y el seguimiento normal con análisis de sangre y de orina, ecografías y todas las pruebas que el especialista crea necesarias, deberás poder reconocer algunos síntomas de posibles problemas en la gestación:
- Mareos
- Malestar
- Vómitos
- Diarrea
- Fiebre
- Inactividad excesiva
- Pérdida de peso
- Desmayo
- Sangrados
Estos signos de que el embarazo no va bien, pueden darse por separado o algunos en conjunto. Además, otra señal clara es que el parto se adelante demasiado o bien que se dé un aborto natural de los cachorros. Si observas alguna de estas cosas es vital que lo consultes con el veterinario cuanto antes y que revise a tu mascota, de esta forma os aseguraréis de que tanto los gatitos como ella están bien o se podrá actuar cuanto antes si hay algún problema.
Cómo saber si mi gata va a parir - síntomas
Aunque el nacimiento normalmente se dará a partir del día 60, cuando se aproximen las últimas semanas de gestación deberás prestar atención a algunas señales que indican que el momento del parto ha llegado. Así, podrás atender a tu mascota y contactar con un veterinario para que supervise el alumbramiento si es posible y revise el estado de salud de la madre y de los pequeños. Cuando el parto esté cerca, incluso dos días antes, comenzarás a notar estos síntomas:
- Estará inquieta y molesta, incluso vocalizará mucho por lo que oirás quejidos, gemidos o llantos que, conforme se acerque el momento se harán más frecuentes.
- Comenzará a lamerse los genitales con mucha frecuencia e insistencia.
- Buscará un lugar para hacer un nido para parir, un lugar seguro en el que también podrá amamantarlos tranquila. Es bueno que desde que conozcas su estado ya le prepares una zona de nido con materiales adecuados y ubicado en un lugar óptimo, dejando comida, agua y el arenero cerca. Te aconsejamos que uses una camita calentita, cajas de cartón, cojines, mantas y sábanas limpias.
- Unas horas antes de comenzar el nacimiento de los pequeños la hembra dejará de comer debido a las contracciones y el malestar.
- Muchas gatas suelen avisar, maullando o rascando las piernas, a quienes conviven con ellas y con quién tienen mucha confianza, pero otras prefieren estar solas y apartadas en un lugar seguro, por lo que no avisan.
- Verás que tiene contracciones, el vientre de tu mascota tendrá espasmos que podrás ver perfectamente y que cada vez serán más seguidos.
- Expulsa el tapón mucoso por la vulva, que es de un color amarillento o blanquecino, y esto nos indica que el parto comienza.
- Su temperatura baja y puede hacerlo hasta los 36,5-37ºC; la temperatura normal de un gato adulto está entre 38-39ºC.
Llegado este punto los cachorros comenzarán a salir uno a uno, puede que tengas que ayudar a tu gata a parir o no, por ello es bueno contar con la ayuda de un especialista. Si no se dan complicaciones debemos dejar que ella lo haga todo sola, que sea lo más natural posible.
Piensa que en cada camada suele haber entre 1 y 6 cachorros, pero puede haber más, por lo que es imprescindible que tengamos un hogar responsable listo para acoger a todos los gatitos cuando estén listos.