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Cómo saber si mi gato tiene insuficiencia renal

La insuficiencia renal, también conocida como fallo renal, es la incapacidad de los riñones de realizar correctamente su trabajo. Puede presentarse en casi todos los animales, entre ellos los gatos, y según su duración, puede ser aguda o crónica. Esta enfermedad puede estar provocada por problemas en varios lugares del sistema urinario, ya sea en el riñón o en partes anteriores (insuficiencia renal prerrenal) o posteriores a él (insuficiencia renal postrenal).

Cuanto antes se llegue a un diagnóstico más efectivo será el tratamiento, por eso, en unComo.com te explicamos cómo saber si un gato tiene insuficiencia renal.

Pasos a seguir: 1

Factores de riesgo. La insuficiencia renal suele ser más común en gatos que viven en el exterior.

Hay ciertas razas como el Abisinio, el Siamés, el Birmano, el Persa, el Ruso Azul y el Maine Coon que están más predispuestas.

También, muchos tóxicos como los metales pesados o el etilenglicol,utilizado como anticongelante en los automóviles, pueden causarla, al igual que algunos medicamentos como los antiinflamatorios no esteroideos, los aminoglucósidos y ciertos fármacos usados en el tratamiento del cáncer.

Por otra parte, como veremos más adelante, hay varias enfermedades que pueden conducir a la insuficiencia renal en gatos. Lógicamente, las causas que provocan esas enfermedades pueden aumentar el riesgo de fallo renal.

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Los síntomas de la insuficiencia renal en gatos son muy variables según la fase de la enfermedad y la causa que la provoca e incluyen alteraciones en la cantidad, en la frecuencia o en el aspecto de la orina.

Por lo tanto, si observas algún cambio en la apariencia de la orina, sobre todo si es roja, ya que podría contener sangre, en la cantidad o en las veces que orina tu gato deberías estar alerta.

Hay otros síntomas que aparecen en la mayoría de los casos de insuficiencia renal: anorexia o apetito disminuido, vómitos, y deshidratación.

En ocasiones también se aprecia palidez, halitosis y pelaje en mal estado.

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Las infecciones de orina, sobre todo las crónicas, pueden acabar perjudicando la labor al riñón, por eso es muy importante detectarlas pronto y dar un tratamiento adecuado.

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Los cálculos en cualquier zona del sistema urinario también son capaces de provocar insuficiencia renal. Además de predisponer a las infecciones, pueden causar obstrucciones totales o parciales que hacen que el riñón de tu gato no pueda liberar la orina hacia el exterior, lo que acabará dañándolo.

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El riñón necesita recibir una determinada cantidad de sangre por unidad de tiempo, que luego convertirá en orina. Los cambios en la presión arterial modifican esta cantidad y pueden desencadenar fallo renal en tu gato.

Factores que reducen esta presión, como ciertos medicamentos anestésicos y sedantes, o las pérdidas de sangre, pueden acabar causando insuficiencia renal.

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Recomendamos que lleves a tu gato de forma rutinaria al veterinario al menos dos veces al año para una revisión, y siempre que detectes alguno de los síntomas anteriores.

Un análisis de orina puede valorar la densidad urinaria (que refleja la capacidad de funcionamiento del riñón), además de detectar infecciones, y con una ecografía se pueden valorar los riñones y la vejiga de la orina.

Un análisis de sangre también es necesario para determinar la funcionalidad renal utilizando los valores de urea y la creatinina como indicadores, y además permite conocer el estado de salud del gato y otros problemas asociados.