La peritonitis infecciosa felina, también conocida como PIF, es una enfermedad bastante común en los gatos que se caracteriza, entre otras cosas, por la inflamación del peritoneo, que es una membrana que recubre los órganos situados en la cavidad abdominal del gato. En el siguiente artículo de unComo repasamos las posibles formas de presentación de esta enfermedad y las formas de saber si un gato tiene PIF.
Los factores de riesgo para la PIF
La peritonitis infecciosa felina es más habitual en los gatos callejeros y en los que viven en grupo, ya que la forma más habitual de contagio es a través de las heces.
Síntomas de la PIF
Tras el contagio, los gatos suelen mostrar fiebre, anorexia y debilidad.
Despúes, la enfermedad puede evolucionar hacia una forma húmeda, en la que aparece un exudado en el abdomen y/o tórax del gato provocando problemas respiratorios o digestivos, junto con una distensión del abdomen. A este proceso se le conoce con el nombre de PIF húmeda.
En la PIF seca los síntomas son más variables ya que pueden verse afectados varios órganos situados en la cavidad abdominal, causando problemas renales, digestivos e incluso parálisis de los miembros posteriores.
En ocasiones hay también alteraciones oculares y cambios en el comportamiento del gato.
Diagnóstico
Mediante la combinación de un análisis de sangre, el estudio de los síntomas y un test el veterinario podrá llegar a un diagnóstico.
En los casos de PIF húmeda, un análisis del exudado es tremendamente útil.