Cuando se trata de cuidar nuestra salud, a menudo pasamos por alto uno de los órganos más importantes del cuerpo:el hígado. Sin embargo, el hígado es responsable de funciones importantes como la producción de bilis que estimula la digestión, e incluso gobierna nuestro metabolismo de las grasas. Pero, ¿cuál es la mejor manera de comer para tener un hígado sano? Las investigaciones demuestran que una dieta rica en proteínas puede ayudarnos a nutrir el hígado, evitar enfermedades y cuidar mejor nuestra salud en general.
Un estudio publicado en la revista Liver International demostró cómo una dieta alta en proteínas podría ayudar a proteger contra el hígado graso, una condición en la que la grasa se acumula y no puede ser eliminada por el órgano con exceso de trabajo.
El exceso de grasa en el hígado puede provocar inflamación y cicatrización, lo que, en el peor de los casos, puede provocar afecciones como la enfermedad del hígado graso no alcohólico, insuficiencia hepática, enfermedad cardíaca, enfermedad renal y diabetes tipo 2. Sin mencionar que cuando el hígado está sobrecargado con demasiada grasa, su capacidad para desintoxicarse disminuye y los subproductos tóxicos se liberan nuevamente en el torrente sanguíneo. Esto puede causar una serie de otros problemas, como fatiga, función cognitiva deficiente e incluso aumento de peso.
Para el estudio, los investigadores intentaron determinar si una dieta rica en proteínas podría influir en la cantidad de grasa almacenada en el hígado. Reclutaron a 19 personas obesas con enfermedad del hígado graso no alcohólico y las dividieron en dos grupos:uno que comería una dieta rica en proteínas y el otro que comería una dieta baja en proteínas durante un total de tres semanas. Después del período de dieta, todos los sujetos se sometieron a cirugía bariátrica para tratar su obesidad durante la cual se recolectaron muestras de hígado.
Después de estudiar las muestras, los investigadores encontraron que aquellos que seguían una dieta baja en calorías y rica en proteínas redujeron la cantidad de grasa en sus hígados en un 40 por ciento. Mientras tanto, el grupo que comió la dieta baja en proteínas no experimentó ninguna disminución en la cantidad de grasa en sus hígados. ¡Esa es una gran diferencia!
Afortunadamente, agregar más proteína a tu dieta es relativamente fácil. Solo prefiera alimentos como aves y pescado magros, huevos, productos lácteos como leche y yogur (especialmente yogur griego), nueces y mantequillas de nueces, frijoles y legumbres. Para combatir el hígado graso, también se recomienda reducir los alimentos fritos, los alimentos que contienen mucho aceite o grasas saturadas, los azúcares refinados y los carbohidratos.