"Aún no entiendes a lo que te enfrentas, ¿verdad? Organismo perfecto. Su perfección estructural solo se compara con su hostilidad". — Ash (Ian Holm) en "Alien"
Como adultos, los xenomorfos exhiben las mandíbulas faríngeas de las morenas, una armadura exoesquelética y una cola con púas que recuerda el aguijón de un escorpión o el gomizador de un estegosaurio.
Ese es el xenomorfo "perfecto", pero ¿qué pasa con el facehugger también en "Alien"? En las películas, esta entidad parecida a un cangrejo emerge de un huevo coriáceo, se adhiere a la cara de un humano y deposita un embrión dentro del huésped, que se convierte en una larva xenomorfa que revienta el pecho.
Pero si el revientacofres es la larva, entonces ¿qué es el abrazador de caras? Muchas especies de la vida real cuentan con una forma prelarva, pero las películas de "Alien" indican que el embrión implantado absorbe los genes del huésped. ¿Podría esto significar que Facehugger es poco más que un órgano sexual móvil?
Lo crea o no, los órganos sexuales autónomos autopropulsados no tienen precedentes en el mundo natural. El argonauta macho (o nautilus de papel) usa un tentáculo desmontable que nada libremente llamado hectocotylus para entregar esperma a una hembra.
En otra parte del espectáculo de terror sexual que llamamos océano, los gusanos de trapo Nereididae adultos simplemente se transforman en un torpedo reproductivo. Como señala la Dra. Marah J. Hardt en su libro "Sex in the Sea", las patas de la criatura se transforman en remos, sus entrañas se atrofian y su cuerpo se hincha con esperma u óvulos acumulados. Finalmente, los ojos del gusano de trapo se agrandan para buscar la luna llena, lo que les permite remar con fuerza hacia la superficie y explotar en una mezcla de gametos y agua de mar.
Estos ejemplos no precisan la naturaleza exacta del facehugger, pero nos dan algunas ideas y sirven para mostrar, una vez más, que no importa cuán extraño sea el monstruo ficticio, la naturaleza probablemente tiene algunos especímenes de igual o mayor extrañeza. .