La historia de Robin Hood es familiar para todos, y el clásico animado de Walt Disney es un maravilloso recuento de la leyenda centenaria del forajido que roba a los ricos para dárselo a los pobres. Esta es una de esas películas familiares que a los padres no les importa ver repetidamente con sus hijos.
Robando a los ricos
Robin Hood y Little John pasan sus días tratando de eludir a los ayudantes del Sheriff de Nottingham, quien quiere más que nada complacer al Príncipe John capturando al forajido y poniendo fin a sus saqueos. Robin y sus alegres hombres solo saquean a los ricos, para poder aliviar el sufrimiento de los pobres y sobrecargados de impuestos de Inglaterra, pero el Rey y el Sheriff no ven esta situación como algo bueno, probablemente porque son algunos de los ricos a los que continuamente se les roba.
Un día, el carruaje del rey viaja a través del bosque de Sherwood, y Robin y Little John se disfrazan de mujeres gitanas y aprovechan la oportunidad para robarle al rey John joyas, oro y los tapacubos de su carruaje. Indignado por el engaño y la humillación, el rey Juan jura venganza.
El falso rey de Inglaterra
El rey Juan no es el verdadero rey; solo se ha quedado como regente del país mientras el rey Ricardo está lejos luchando en una de las Cruzadas. Pero Juan es un rey débil y egoísta, que abusa de su poder real para su propio beneficio. Grava a la gente a la pobreza y los arroja a la cárcel si no pueden pagar. Su consejero real, Sir Hiss, alienta los excesos del rey Juan con su devoción aduladora por el rey.
El Torneo
Sabiendo que Robin Hood está enamorado de la encantadora Maid Marian, y también consciente de las espectaculares habilidades de Robin como arquero, el Rey John le tiende una trampa al forajido. Organiza un torneo y ofrece como premio una flecha dorada y un beso de Maid Marian. Robin no puede resistir esta tentación; se disfraza de cigüeña y gana el torneo. Pero el rey está seguro de que solo Robin Hood podría haber vencido al Sheriff de Nottingham y al resto del campo; expone la verdadera identidad de Robin y ordena que lo maten instantáneamente.
Amor joven
Marian se arroja a los pies del rey y le ruega que le perdone la vida a Robin. Pero el rey declara que los traidores a la corona deben morir. Robin grita que la corona pertenece al rey Ricardo y se produce una pelea. Robin escapa con Marian al bosque, donde se prometen amor el uno al otro.
Otra trampa para Robin Hood
Pero el rey Juan está furioso por esta segunda humillación pública a manos de Robin Hood, y está decidido a detener a Robin, sin importar el costo. Cuando se entera de que fray Tuck ha sido arrestado por pelear con el sheriff de Nottingham, John decide usar al fraile como cebo para atraer a Robin al castillo, donde sus hombres finalmente pueden capturar al forajido. El astuto Robin sabe que es una trampa y se las arregla para rescatar a Tuck sin ser capturado. Se disfraza como uno de los secuaces leales de Nottingham y accede a la cárcel. Pasa de contrabando a Little John a las celdas y libera a todos los deudores.
Mientras Little John libera a los prisioneros, Robin ha subido al dormitorio del Rey, donde el Rey guarda todo su dinero mal habido. Procede a mover todos los sacos de oro del dormitorio del rey a la cárcel, donde Fray Tuck y Little John cargan el oro en el carro en el que escapan los prisioneros. Sin embargo, una bolsa se abre y deja caer monedas sobre el Sheriff que duerme debajo. Se produce otra persecución salvaje, con el Sheriff tratando de detener la fuga y capturar a Robin, que está atrapada en el castillo. En el tumulto, el castillo se incendia y Robin se ve obligado a saltar al foso para salvarse. Allí, los hombres del Sheriff le disparan. Pero Robin logra escapar de las flechas voladoras una vez más. La trampa del rey ha fallado y, además, ha destruido el castillo.
Richard regresa
Finalmente, el rey Ricardo regresa. Envía a John y sus secuaces a la cárcel, perdona a Robin y da su consentimiento para el matrimonio de Robin y Marian. Cabalgan hacia la puesta del sol, para vivir felices para siempre.
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